

Las viejas costumbres, la ley del mar, dicen que "todo lo que llega por el mar es de quien lo coja". Eso ha dado lugar a los "crebeiros" que "creban" (criban) las playas en busca de lo que deja la marea. Esta vez lo que se pudo recoger eran impresoras para los hijos o los nietos, patatas fritas con sabor a manzana y barquitos de madera del "todo a 1€" de los chinos.
Vamos, ni el anuncio del Toledo, con los patitos de goma, fue capaz de producir imagenes tan curiosas.
A un mundo rural como la costa gallega también llegan las TCI y la gente sabe de la utilidad de tener una impresora para el ordenador. Puede que no funcionen muy bien por la humedad y el salitre, pero lo trajo la mar